El futuro de una organización no solo depende de su tamaño o de su alcance actual en materia económica, sino del tipo de liderazgo que en ella se ejerza y de cómo esta refleja sus valores internos hacia sus clientes. Con esto en mente, queremos contarte sobre los distintos tipos de liderazgo aplicables a distintas empresas.
Para ello, nuestro punto de partida es entender la correlación entre el tamaño de la empresa y el estilo de liderazgo empresarial que será más conveniente para alcanzar sus metas.
Posee menos de 10 trabajadores. Generalmente pertenecen a un único socio que también trabaja en la empresa. Con el tiempo y un estilo de liderazgo adecuado, estas startups pueden convertirse en grandes compañías.
Cuenta con menos de 50 trabajadores. En esta clasificación entran las empresas familiares que tienen ya algunos años de experiencia en el mercado y una estructura organizacional bien definida.
El número de trabajadores está entre 50 y 250. En este caso, además de una estructura organizacional definida existen departamentos que se hacen cargo de las distintas funciones.
Posee más de 250 trabajadores. Casi siempre, su apuesta es la internacionalización, por lo que pueden tener infraestructura física y tecnológica en más de una ubicación y los trabajadores pueden gozar de prestaciones como comedores industriales o servicio de transporte de personal.
Al hablar de tipos de liderazgo empresarial nos referimos a un conjunto de habilidades, actitudes y formas de dirigir grupos de personas para producir ciertos resultados en una organización.
Se da cuando todas las acciones del grupo están subordinadas a las decisiones de una figura de poder. Existe una gran delimitación entre la gerencia y los trabajadores y la comunicación tiende a ser vertical.
Consiste en motivar económicamente o con otro tipo de estímulo a los trabajadores que cumplan con las metas establecidas y penalizar a los que no. En este sentido, se produce una transacción, con lo cual se obtienen resultados a corto plazo.
Este mecanismo de control puede ofrecer buenos resultados en grandes empresas en las que se requiere de parámetros fijos y no siempre flexibles para orientar los esfuerzos de la organización hacia sus metas.
Fomenta el consenso entre las partes, de manera que los trabajadores tienen libertad para expresar opiniones e inquietudes y las decisiones se toman buscando el cumplimiento de los objetivos establecidos, pero también el acuerdo entre los involucrados. Por lo anterior, puede funcionar bien en pequeñas y medianas empresas.
Los colaboradores gozan de cierta libertad sobre sus rutinas y pueden tomar decisiones siempre y cuando no afecten el desempeño o los objetivos de grupo. Puede implementarse con éxito en grupos pequeños, que evidencian una dinámica positiva de equipo y en donde cada integrante requiere de un espacio de trabajo propio para desarrollar su proceso creativo.
Las figuras de autoridad son también grandes comunicadores que saben cómo motivar y cohesionar al equipo a través de mensajes positivos. También son disruptivos, pues logran transmitir una visión de cambio que inspira y da sentido a la labor de conjunto. Este estilo puede combinarse con otros para ofrecer excelentes resultados sin importar el tamaño de la empresa.
Debemos considerar que el trabajo de dirección que ejerce un líder dentro de las organizaciones, sin importar de qué estilo se trate, siempre se verá reflejado en el resto del equipo, bien sea en la consecución de ventajas corporativas o en el bajo rendimiento de los colaboradores y por ende, en pérdidas para la compañía.
En este sentido, un buen líder se distingue por entender que la mejora en el rendimiento pasa por fomentar la integración del equipo y no la competencia interna.
Como puedes ver, las empresas líderes consideran de gran importancia el bienestar y la protección de sus colaboradores. No te quedes atrás y conoce las ventajas corporativas que puede traer a tu organización el ofrecerles un servicio de transporte de personal confiable y seguro como el de Senda Citi.