En 2021, un liderazgo que busque la transformación es esencial para la cultura organizacional. Pero la acción de transformar implica avanzar con el cambio pese a las resistencias, pues solo de esta manera se llegará a soluciones que alcancen objetivos tangibles.
Normalmente, a la idea del cambio se asocian ciertas connotaciones negativas, como el enojo, la evasión o el miedo.
Por eso, una propuesta de transformación debe partir de una visión positiva sobre el futuro de las organizaciones para comenzar a generar cambios que sean mejor aceptados por sus miembros. Lo anterior pasa por comprender la diferencia entre cambio y transformación y la manera en que ambos se integran.
La necesidad de cambio aparece ante una situación externa que exige adaptación -como el hecho de vivir y trabajar en tiempos post pandemia- lo que implica modificaciones en una rutina u orden de cosas.
La transformación, por otro lado, implica una serie de cambios que ocurren desde la raíz de una situación o estado de cosas y que, en su conjunto, son irreversibles para las organizaciones, estando el concepto de transformación más vinculado con los de evolución o resiliencia, que con la simple modificación de un orden. Los dos procesos son esenciales para las empresas en un escenario como el actual.
El concepto de liderazgo transformacional tiene origen en los trabajos teóricos del sociólogo James Downton (1973) y más adelante en las investigaciones de James MacGregor Burns y Bernard M. Bass.
Se refiere a los cambios que se producen para llevar a las empresas de una situación a otra desde las bases, para obtener resultados favorables y definitivos, que dependerán en gran medida de la actuación de los líderes.
Este estilo de liderazgo permite a las empresas adaptarse de manera rápida y mantener o incrementar su productividad en escenarios de crisis gracias a los siguientes factores:
La eficiencia se define como la capacidad para alcanzar las metas que se propone una organización, mientras que, por eficacia, se entiende la capacidad para alcanzarlas con la menor cantidad de recursos.
Aunque lo natural es ver ambas definiciones reflejadas en los niveles de productividad, lo cierto es que alcanzar estos estándares depende de un proceso de transformación en todos los niveles, que permita responder a los desafíos que plantea 2021.
Esto significa que la mejora en dichos indicadores comienza por hacer cambios en el liderazgo y con ello, en la cultura organizacional.
En cuanto a las características de un líder que pueden potenciar una transformación favorable dentro de las empresas, la capacidad resolutiva -entendida como la habilidad para generar soluciones innovadoras frente a problemas específicos- es uno de los activos más valorados hoy en día.
Precisamente, por esta cualidad, que nos ha permitido adaptarnos a distintas circunstancias para atender de la mejor manera las necesidades de nuestros clientes, en Senda nuestro liderazgo se basa en entregar soluciones que apoyen el crecimiento de las empresas en el presente y para los tiempos futuros.