Las zonas metropolitanas concentran grandes cantidades de actividad en un espacio reducido. Están repletas de calles, edificios, automóviles y personas, por eso también suelen ocupar los lugares más altos en los índices de tráfico y contaminación mundiales.
En México, la ciudad de Monterrey se destaca por tener las calles más congestionadas del país, superando por mucho a la Ciudad de México, Guadalajara y Toluca; pues en promedio, los regios pasan 116 horas atrapados en el tráfico al año, unas 42 horas más que los capitalinos en la CDMX. Es la novena ciudad de las 10 más congestionadas del mundo, tan sólo una hora detrás de la Ciudad de Nueva York, según un reporte de Global Traffic Scorecard, publicado en 2022.
Sin embargo, la vida en la ciudad no se detiene y día con día, miles de personas siguen contribuyendo a los porcentajes de congestión vehicular en la ciudad mientras se trasladan hasta su trabajo o escuela. Por eso es necesario hacer la transición hacia alternativas de transporte sustentables, que alcancen su destino a un menor costo para la sociedad y el ambiente.
Se pierden tantas horas en el tráfico a causa de la pobre infraestructura de la ciudad, que constantemente provoca accidentes viales o largas desviaciones innecesarias. Diseñar rutas de transporte optimizadas contrarresta este efecto, a la vez que agiliza el traslado y evita contratiempos o riesgos de antemano.
Las rutas de transporte recolectan pasajeros en puntos prefijados, llamados paradas, y los llevan a un destino en común. Definir una ruta depende de las distancias y horarios que se esperan cumplir; la optimización ocurre al encontrar aquella que alcanza el objetivo en menos tiempo, recorriendo la menor distancia.
Entonces, qué tan eficiente (o no) sea una ruta, tiene que ver con la distribución geográfica de las paradas y su separación del destino. Para una empresa, el objetivo es trasladar a todos los pasajeros que sea posible por el costo más bajo. Así, la menor distancia es equivalente a un mejor aprovechamiento de los recursos.
Optimizar la ruta de transporte de tu empresa beneficia el rendimiento y ahorra tiempo valioso para los colaboradores, pero además, otra consecuencia positiva es la contribución al medio ambiente, que se provoca al reducir la contaminación del aire y del ruido; y a la sociedad, porque también disminuye la obstrucción vial.
Lograr una ruta optimizada depende del análisis óptimo de cinco factores:
Pasajeros. Son quienes viajan a bordo del transporte y se benefician del valor que ofrece la empresa donde trabajan. Para determinar la mejor agrupación de las paradas hay que conocer dónde viven y a qué hora trabajan, así es posible asignar puntos y horarios de recogida acorde a su posición en la ruta.
Paradas. Son los lugares donde se recoge a los pasajeros. Deben ubicarse entre las viviendas de varios colaboradores para reunir a todos los que convenga en un punto medio y estar equipadas para que el transporte pueda recoger a los pasajeros seguramente.
Transporte. Es el vehículo con capacidad para transportar a los pasajeros de la ruta. Tiene que cumplir con las paradas y horarios en el orden establecido siguiendo protocolos de seguridad vial y asegurando la satisfacción de los pasajeros.
Vías de la ruta. Tiene que ver con el recorrido físico. El tipo de vía determina la velocidad que adquiere el transporte y, por lo tanto, afecta el tiempo de la ruta, porque no es lo mismo circular por una autopista que en una calle principal.
Experiencia. Define la calidad del servicio de transporte. Se expresa a través del cumplimiento de protocolos de seguridad, la certificación y constante capacitación de los conductores, y equipo moderno en las unidades. Las empresas con más experiencia ofrecen el mejor servicio.
Para optimizar una ruta de transporte es necesaria la colaboración entre el gestor y los viajeros, es decir, los pasajeros deben compartir sus datos y recibir a cambio información sobre el que será su recorrido.
Sobre los pasajeros, es necesario conocer dirección de vivienda y turno de trabajo para asignar paradas y horarios de recogida. El número de pasajeros debe coincidir con las plazas del transporte y todas las direcciones deben ubicarse en la misma localidad.
El lugar donde se ubique una parada tiene que ser apto para el ascenso y descenso de pasajeros, y estar a una distancia cómoda de la vivienda de cada colaborador asignado a ella. También importa saber la dirección y horarios según la ruta de cada parada.
En cuanto al transporte hay que considerar la capacidad máxima de pasajeros, la distancia a recorrer, el tiempo de llegada y el tiempo total de la ruta.
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